sábado, 10 de diciembre de 2011

¡A Javier Fernández Quesada!

¡A Javier Fernández Quesada!





No debemos olvidar, ni perder los hechos de vista. El estudiante Javier Fernández Quesada fue asesinado por efectivos de la Guardia Civil, enviados probablemente por altas instancias para reprimir las manifestaciones de aquel día, 12 de diciembre de 1977. Tenía 22 años. Es un crimen impune, por el que nadie respondió. Solamente el silencio, un mutis absoluto acerca de un acto lamentable, que condujo a la desaparición de un joven, en la plenitud de su vida. Un joven con el que comparto ilusiones, y cuyo recuerdo jamás debemos olvidar, porque solamente entonces habrá muerto realmente. Todo mi apoyo para su familia, amigos y personas cercanas. Un afectuoso saludo desde Benahoare. No olvidamos, ni perdonamos.




Escucho ecos y voces
Que llegan desde mil lados
Y que están petrificados
Desde una era de roces
De las policiales coces
Y daños colaterales
De lucha contra los males
Sueños y combate justo
Escucha contra lo injusto
Estos son hechos reales

Turbios los años setenta
Dieron muchas alegrías
Y jornadas bien impías
Como la que se presenta
El pueblo ya lo comenta
La gesta es recordada
Su memoria no es humillada
Porque hemos de levantar
Y jamás en vida olvidar
Al compañero Quesada

Corrían tiempos de brega
La gente no se amilana
Contra opresión inhumana
Se da militante entrega
En manifas se dan friegas
De palos todos inmunes
La masa no se desune
Sindicatos van pegados
Más se vieron involucrados
En sangre y tiro impune

Protestaba por mejoras
¡Por subir esos salarios!
Por sueños extraordinarios
Que alumbraban estas horas
Conciencias emprendedoras
Que luchaban por mil causas
Sin pretensiones ilusas
Solamente con orgullo
Recuperando lo que es suyo
Y olvidando cualquier pausa.

Estudiantes en asamblea
Deciden pasar al hecho
Para sacarle provecho
A la proletaria pelea
La cosa comienza fea
Los piquetes intensifican
El esquirol, al que critican
Se lleva su merecido
Al traidor complacido
Bastantes piedras le pican.

Alguna calle se corta
Se usan las barricadas
Aunque casi de pasada
Ni el camión caído importa
El yugo que se soporta
Creado por la inconsciencia
Quiebra bien la paciencia
Aunque sea de unos cuantos
Pese a la huida de otros tantos
Que reprimen su conciencia.

Cabreados y sin tino
Contra los que allí quedaban
De verde y tricornio entraban
Ya pronto los asesinos
Sin modales, no son finos
Su autoridad se desespera
Así entraron las fieras
Con una maldad que emborca
Ya lo dijo García Lorca
¡De plomo sus calaveras!

Subiendo para arriba
Disparando a la fachada
sale pronta disparada
la muerte en su diatriba
su baja grandeza estriba
en un verde que le brilla
llegado de la otra orilla
policial cuerpo extranjero
que trae y lleva fiero
a quién llaman el polilla

Subiendo las escaleras
Usando armas de fuego
Sin importarles un ruego
Asesinas son las fieras
Sin muchas entendederas
Solamente con la muerte
Sus balas buscan perderte
Y allí pudieron lograr
A un inocente matar
¡Que Javier nunca despierte!

Su cuerpo quedo tirado
Tras el fatal fogonazo
Quedo cual vacío engazo
Cual proyecto marchitado
Un ser vivo, ahora apagado
Testigo de esta maldad
Que se hunde en la iniquididad
Que nos hundió a Javier
En los tiempos del ayer
Sin ninguna humanidad

Intentaron reanimar
Más sin ninguna ocasión
Tiro directo al corazón
La bala que fue a matar
En aquel sitio expirar
Hubo heridos, temeridad
Jornada de fatalidad
Y llegando a nuestros días
Las circunstancias impías
Se visten de impunidad

Suceso horripilante
Y de ello damos fe
Como cuando a Bartolomé
Fue horrible e insultante
No nos parece bastante
Y no tendremos perdones
De quienes pasean pendones
Y pasaron a ser nacionalistas
Sin dejar de ser fascistas
Como cierto señor Mardones

Responsables que no pagan
Ver correr sangre inocente
En sociedad de dementes
Ser ilustres hoy amagan
Y las masas también tragan
El olvido y desmemoria.
Pisoteando la memoria
En sociedad bien cainita
Donde el inocente grita
Y el asesino tiene gloria.

La oscuridad que nos impide
Conocer a los culpables
Y el suceso reprobable
En el que alguien decide
Mucha gente ya pide
Conocer justa verdad
Y saber con celeridad
¡Qué paso!, ¡quien disparó!
Quién a Javier mató
Instaurando la impunidad

Un gobierno heredero
De los que nos pegaban
Vendían y golpeaban
En un sistema postrero.
Anclado en el vertedero
De la opresión eterna
Tirando de la cisterna
Ocultando al asesino
Todo importa un comino
Al bandido que gobierna.

Hay testigos y hay pruebas
De aquella situación
Para la investigación
¡Ya no hay siervos de la gleba!
Mas si gentes que se ceban
Con dolores, sentimientos
Hundiendo el conocimiento
Mas no hay nunca que perder
El ejemplo de Javier
¡De aquel acontecimiento!

El olvido es un arma
Que nos encierra en un pozo
La usa el poderoso
Y al pueblo lo desarma
Más ya gente se rearma
Combatiendo en el lugar
Predicando el recordar
Las luchas, y viejos sueños
Recordando los empeños
Y a Javier nunca olvidar

Mataron a Javier Quesada
Con la bala miserable
Como antaño con el sable
Contra la gente humillada
Pero será recordada
Y mientras de aquello sepamos
Siempre resucitamos
Al compañero muerto
Que hoy mantiene despierto
al rebelde, si recordamos.

Su sueño imperecedero
Está en nuestro pensamiento
Y gritamos al viento
¡Adelante compañero!
Que el espíritu fiero
De la protesta y el corazón
Devuelva la ilusión
Por sueños de grandeza
Independencia, fortaleza
Unidad y autogestión.

Para siempre recordamos
La memoria del pasado
Levantando al humillado
Aún ahora nos alzamos
Hermano, no te olvidamos
Malvado no triunfará
El tiempo recordara
La joven vida segada
Y el compañero Quesada
Para siempre vivirá.

Pedro el Gasio Benahoare 9-19-2011